SIMANCAS

Iglesia de El Salvador

Tras el 23 de abril, la Junta Comunera, establecida en Valladolid, resultó desbaratada. Los caballeros por su parte, llegaron con su ejército y se aposentaron en Simancas el día 26, con la intención de anular cualquier resistencia. Triunfó la negociación, y el día 27, los gobernadores promulgaron un perdón que se pregonó en plazas y calles con gran estruendo. 
Simancas estuvo vinculada a la monarquía y fue fiel en los avatares de la Guerra de las Comunidades desde que los Reyes Católicos asumieron la titularidad de la casa fuerte o castillo, antes propiedad de los Enríquez.

Potente baluarte realista, la villa de Simancas intensificó sus ataques a las fuerzas comuneras en diciembre de 1520, sobre todo después de que los imperiales lograsen recuperar Tordesillas. Las escaramuzas, comandadas por Pedro Vélez de Guevara, conde de Oñate y yerno del Condestable, eran tan frecuentes y las acometidas tan continuas, que el mismo Padilla no pudo doblegar Simancas y en enero de 1521, los comuneros tuvieron que volar el puente de Boecillo como estrategia defensiva. 

La poderosa fortaleza simanquina, levantada en 1475 por el Almirante de Castilla haciendo ostentación de un señorío más que discutido sobre la villa, fue presidio de aquellos comuneros que no decapitaron en Villalar y del mismo obispo Acuña, ajusticiado en 1526; cuatro años antes había sido decapitado el capitán comunero Pedro Maldonado.

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